martes, 28 de marzo de 2017

El cambio horario

El cambio horario se lleva a cabo teóricamente con el objetivo de aprovechar más la luz diurna y ahorrar energía, hasta ahí todo bien. Ahora viene el drama; me encontraba yo de fiesta tras un conciertazo espectacular de La palmera que se dobla pero aguanta el huracán a.k.a Kase O, cuando alguien menciona el cambio de hora "eeeh que ya son las tres jajajajaja", yo miro hacia arriba intentando entender a que se refiere cuando caigo en la cuenta, miro mi escuálida muñeca con el reloj decathlon negro en el que se puede leer "2:01", acto seguido saco mi móvil del vaquero y observo horrorizado como la pantalla muestra "3:01". Cabreado, lo guardo de nuevo en el bolsillo, consciente de que voy a tener una hora menos para robar litros y jarras de parejas demasiado ocupadas en el Desastre, "bebidas expropiadas en interés del pueblo", como me gusta llamarlo.
Tenía que ser ahora, no podía ser el Lunes a las 17:00 de la tarde, no, tenía que ser a las dos de la mañana del sábado, cuando la mayoría de la clase obrera intenta conciliar el sueño tras la mierda de semana que les ha hecho pasar el idiota de su jefe, y otro grupo de crápulas (también de clase obrera y entre los que me incluyo) bebe cerveza Steinburg y pasea de mano en mano un peta de hachís del moro apoyados en una chapa frente al bar Posturas.

Durante mi vuelta a casa con todos los locales ya cerrados (una hora antes) mastico mi teoría del interés del Capital en el cambio horario, mientras a regañadientes hago lo propio modificando la hora mostrada por mi reloj decathlon, las 7:07, llegando a la más que previsible conclusión: Lo hacen para jodernos.



(Todo lo aquí expuesto es pura ficción y tiene una intención humorística)





O no, al fin y al cabo, citando a Kase O: "Somos la gentuza de Moncasi"

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